Ayer, con mis pupilos de 10 años, en clase de Religión, comentamos una doble viñeta que salía en el libro; en la cual en la primera imagen salía una niña haciendo su carta a los Reyes Magos, pidiendo una larguísima lista de regalos. En la segunda viñeta salía que la niña veía que los Reyes solo le habían traído uno de los regalos, y pillaba una rabieta y un enfado monumental por ello.
Planteé la pregunta, "¿qué os parece?" y oí muchos "mal", algún "bien"... Así que profundizamos en la charla. Cual fue mi sorpresa al ver que, para varios alumnos, lo que les parecía "mal" no era la actitud de la niña, si no el que le hubieran traído solo un regalo. Entendían perfectamente la rabieta y el enfado de la niña.
Y entonces llegó mi reflexión... de cómo muchas veces las personas queremos más y más cosas y no valoramos las cosas que sí que tenemos, intentando hacerles ver que no es más feliz el que más cosas tiene o el que más cosas consigue, si no el que valora y disfruta de lo (mucho o poco) que tiene. Les intenté hacer ver que el millonario solo quiere más y más dinero, más cosas, y que cuando las consigue ya está pensando en "su siguiente adquisión", y que es normal que todos tengamos objetivos materiales que querer conseguir (un juguete, un videojuego, una película, una casa, un coche...) pero que el conseguir todas esas cosas no nos va a dar la felicidad automáticamente.
Hubo especialmente dos alumnos que no lo entendían. "Yo quiero conseguir todo lo que quiero y si no claro que puedo quejarme" era más o menos lo que me decían. Ay las quejas... les recordé cuando vamos de excursión y no hacen más que quejarse si no les gusta dónde vamos o si una vez allí tiene que salir un voluntario y si no son ellos mismos se enfadan... o cómo cuando yo mando leer y si no les eligo se mosquean... o cómo cuando vamos a ver una película en horario escolar y si la han visto ya o no les gusta se enfadan y protestan... intenté explicarles que esa actitud no les ayuda a disfrutar de las cosas, que les puede llevar a ser unos infelices, que sería mucho más positivo pensar cosas como "vale, no me han elegido a mí como voluntario, o no me gusta dónde hemos ido, pero jo estamos de excursión en vez de estar en clase trabajando"... o "bueno, ya he visto la película, pero bueno es más entretenido que estar en clase haciendo un exámen"... Es decir, que valoren de forma más positiva las cosas y lo que va sucediendo... que lo disfruten como llave de la felicidad, en lugar de quejarse y siempre querer y querer lo que no tienen, en lugar de valorar y querer más lo que tienen.
Pero seguían sin entenderlo. Y seguían quejándose y haciéndome ver que tenían razones para quejarse si no salían las cosas como ellos querían. Entonces salió a escena el Tercer Mundo y el documental aquél que vimos en el que los niños (de 10 años, como ellos) de un país africano trabajaban unas 10 horas al día recogiendo cacao, y que aún así se les veía sonrientes y disfrutaban de los ratos de ocio que tenían jugando, bailando, sorprendentemente contentos.
Así intenté que vieran cómo muchas veces nosotros, que tenemos muchos lujos, nos quejamos cuando otras personas tienen muchísimo menos y valoran todo mucho más.
Pero fue aún más inútil. Ellos soltaron cosas como "pero si yo no les he visto nunca qué más me dan" ¡toma ya! "Entonces, ¿tú solo te preocupas de la gente que ves?", le dije, "Sí, de mí y de mi familia. ¿Cómo me voy a preocupar de los de África si no los veo?" fue su respuesta. Les recordé aquel documental, les dije si sabían si existía EEUU, por supuesto me dijeron que sí, "¿pero cómo sabes que existe si no lo has visto nunca?"... racionalmente yo tenía la batalla ganada, estaba claro, pero ellos no se bajaban del burro.
No quiero que caigan tampoco en el "conformismo" de aceptar todo lo que les digan o todo lo que venga, para nada; si no en el saber valorar lo que tienen y no estar siempre quejándose por querer más o porque las cosas no salen como ellos quieren (y como ellos deciden en su casa, probablemente). La gota final fue cuando salió el tema de la comida en el Tercer Mundo, y cómo si recibiesen un plato de lentejas (por ejemplo) se lo comerían desesperados, imaginad, si lleváis días sin comer o comiendo lo mínimo... "Pues a mí si no me gustan las lentejas no me las comería" dijeron...
Empatía, cero. Egoísmo y materialismo, cien. La sociedad hace bien su trabajo. Nosotros los profesores... lo intentamos.
Saludos!
4 comentarios:
hola k noxe la de ayer jeje como nos vienen los niños ahora si son asi ahor imagenate dentro de unos años serán superficiales,materialistas y a por todas xa consegir lo k kieren sin pensar en nadie.aunk nosotros podemos intentar hacer algo xa evitar k sean asi jiji bsicos
exacto, lo intentaremos, en eso estamos...
Gracias por escribir, Elena y sigue así, livin' la vida loca!
Besos
Menudas cosas intentas meterles a los críos en la cabeza. En cuanto salen por la puerta del cole se dan cuenta de que chocheas. Pero bueno, ahí estamos.
jajaja
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